Las soluciones orgánicas postcosecha son una forma novedosa de extender la durabilidad de los productos en almacenes, tiendas y supermercados, reduciendo el desperdicio de alimentos o food waste y disminuciones en la productividad, lo que se traduce en una mayor rentabilidad para productores y comerciantes.
El uso de la biotecnología y otros métodos similares en el sector agroalimentario responde a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) marcados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que mencionan la importancia de reducir el desperdicio de alimentos, la huella hídrica y la emisión de gases contaminantes.
De esta forma, las empresas que decidan desplegar soluciones orgánicas de postcosecha también pueden beneficiarse de la mejora de su reputación con los consumidores finales y un mejor desempeño en términos de compromisos de responsabilidad ambiental, algo muy valorado por los consumidores de hoy.
Tecnología e innovación aplicadas a la agricultura: avances y proyecciones de futuro
La sostenibilidad y el compromiso con el medio ambiente se han incluido durante mucho tiempo entre las preocupaciones empresariales, pero ¿en qué estado se encuentra su implementación en la agricultura?
Hoy en día, muchas de las actividades necesarias para la producción agrícola contribuyen significativamente a la contaminación ambiental. Entre los principales, encontramos fermentación entérica, uso de suelo y agua, consumo de energía en fincas, fertilizantes sintéticos, ceras sintéticas y empaques elaborados con elementos a base de petróleo.
Todas estas prácticas e insumos generan toneladas de gases contaminantes cada año, siendo el metano uno de los más dañinos por su impacto en el calentamiento global. Por lo anterior, en los últimos años se ha impulsado la inversión en biotecnología y otros métodos innovadores para modernizar la agricultura y convertirla en una actividad menos contaminante.
Por ejemplo, las cifras muestran que la inversión en tecnología agroalimentaria (tecnología agroalimentaria) creció significativamente en 2020. En parte, esto está relacionado con la pandemia COVID-19, ya que la importancia de cadenas de suministro eficientes y métodos alternativos de cultivo, el procesamiento, transporte y distribución de alimentos adquirió mayor relevancia.
En el caso específico de las soluciones postcosecha, buscar extender la vida útil de los productos agrícolas y reducir la incidencia de podredumbre, además de reemplazar el uso de componentes sintéticos (como plástico y materias primas altamente contaminantes) para entregar productos más compatible con los objetivos globales de sostenibilidad.
¿Cuánto crecerá la tecnología agroalimentaria?
Si bien aún queda un largo camino por recorrer para que la agroindustria limite al máximo su contribución a la huella de carbono, en términos generales se están logrando avances importantes. Por ejemplo, el aumento de las inversiones en tecnología alimentaria o food tech es una gran noticia que muestra el interés empresarial en adoptar métodos de producción, postcosecha y distribución más sostenibles.
De hecho, durante 2019, la inversión en tecnología alimentaria alcanzó los USD $ 19.800 millones, un crecimiento del 250% respecto a los cinco años anteriores, mostrando una tendencia que se fortalece día a día.
Su crecimiento es tal que se estima que el valor de este mercado rondará los USD $ 342,52 mil millones en 2027.
Soluciones postcosecha: desde la cadena de suministro hasta el consumidor final
Según la FAO, las técnicas y métodos utilizados en cada etapa de la cadena de suministro se pueden adaptar para consumir menos energía. La ganancia de eficiencia a menudo proviene de la modificación de prácticas agrícolas y de procesamiento, donde algunas alternativas son el uso de motores más eficientes en combustible, estiércol de precisión, fertilizantes, monitoreo del riego, la adopción de prácticas agrícolas de labranza cero, el uso de variedades de cultivos y razas de animales menos dependientes de insumos.
Frente a todas estas alternativas, que son válidas y aportan eficiencia, el manejo postcosecha es un paso que los productores a veces olvidan pero que define en gran medida el éxito empresarial. Sobre todo cuando se tiene en cuenta que alrededor del 40% de la producción de fruta fresca se pierde por no soportar las condiciones de humedad y temperatura o simplemente por una mala gestión logística y de almacenamiento.
Es importante señalar que las soluciones postcosecha comienzan en la cadena de suministro ya que es donde se reciben las cosechas. En otras palabras, el objetivo es optimizar el manejo de los productos agrícolas en el momento de la cosecha y antes de su venta, para que puedan permanecer más tiempo en las góndolas.
Puede parecer que esto solo afectará la etapa de distribución del producto y en el entretiempo antes de la compra. Sin embargo, el verdadero impacto de la innovación también se ve en la percepción de la marca por parte de los consumidores.
Los consumidores reconocen el esfuerzo de los productores y las empresas de distribución que optan por comprar alternativas naturales. Solo como referencia, los datos de la Oficina de Marketing de Exportación de Filipinas (EMB) sugieren que el 56% de los consumidores franceses compran alimentos y bebidas orgánicos. En España, la participación es del 54%; en Polonia, 53%; en Italia, 49%; y en Alemania, el 45%.
Algo similar ocurre en Estados Unidos, donde numerosos estudios sobre hábitos de compra y demografía de los consumidores de alimentos orgánicos han permitido definir algunas generalizaciones. Uno de los resultados más destacados es que los consumidores eligen alimentos de producción ecológica debido a sus preocupaciones sobre la salud, el medio ambiente y el bienestar de los animales.
Además, están dispuestos a pagar precios más altos si se les asegura el origen y el tratamiento orgánicos.
En este sentido, las empresas deben considerar que el origen del producto no es el único rubro relevante, sino que el mercado también valora su presentación y tiene en cuenta el proceso al que se someten los frutos en la etapa de postcosecha.
Abordar este aspecto a través del despliegue de soluciones orgánicas es una gran oportunidad de expansión empresarial y una buena señal para el consumidor final, ya que significa que las marcas están interesadas en hacer su parte para ofrecer productos de mejor calidad, al mismo tiempo que promueven un menor impacto ambiental.
Ejemplos de soluciones de postcosecha orgánicas
A medida que crece la población mundial, también lo hace la demanda de producción agrícola. Por ejemplo, entre 2000 y 2017, la superficie de tierra destinada a actividades agrícolas aumentó en unos 75 millones de hectáreas (el doble de la superficie de Japón).
Este aumento está directamente relacionado con el aumento de la demanda de productos agrícolas debido al crecimiento de la población, y es un proceso difícil de contener. Por lo anterior, la mejor solución es desplegar tecnologías agroalimentarias tipo «pack and play», es decir, tecnologías que permitan abordar el problema de la crisis climática con una menor inversión de tiempo y recursos, y sin impactar el ritmo de producción de la industria agroalimentaria.
Pero, ¿Qué son exactamente las soluciones de postcosecha Pack and Play? En definitiva, es el desarrollo formatos que sean fáciles de usar para exportadores, importadores y distribuidores, y que brinden resultados positivos en el corto plazo sin necesidad de grandes inversiones en infraestructura ni largos tiempos de espera.
Un ejemplo es Shel-Life, un recubrimiento orgánico elaborado por PolyNatural, basado en ingredientes naturales.
PolyNatural es una empresa chilena fundada en 2016 con el objetivo de aplicar ciencia inteligente y disruptiva a la industria frutícola. A la fecha, ha obtenido importantes certificaciones para el uso de recubrimientos orgánicos en varios países, siendo decisivo para que productores y exportadores aumenten su rentabilidad y logren un mejor posicionamiento en diversos mercados.
Comentarios recientes